Debemos entender que desarrollar competencias es hacer uso de un aprendizaje significativo, que el estudiante lo ubique dentro de la realidad que vive diariamente. Decirle al alumno que va a desarrollar competencias, es dejarle claro desde el concepto su significado académico y operacional, como lo identifica Barnett.
Resulta importante que las personas encargadas de diseñar los nuevos planes de estudio no lo hagan únicamente desde sus escritorio y se concentren en la realidad social del país y su entorno internacional y que definan bien los objetivos que persigue, tanto una competencia cognitiva a trabajar en las escuelas, como el sentar bien las bases de una competencia operativa, la cual va a desarrollarse en las empresas dentro de un ambiente laboral real.
El no sustentar y hacer que al alumno (y al maestro) les queden claros estos términos, solo convertirá a las instituciones educativas en fábricas de jóvenes con las habilidades operativas suficientes que requieren las empresas en el mercado de trabajo.
Lo que menciona Eduardo Arias es muy cierto, hay que dejar de lado la competitividad con el subrayado laboral e individualista para desarrollar competencias que enfatizan el aprendizaje personal y en colaboración.
Sabemos que en el sector productivo las empresas prefieren emplear mano de obra barata con personas que no analicen o reflexionen lo que están haciendo, dejando la actividad de pensamiento y la toma de decisiones en proyectos educativos, políticos, económicos y sociales como exclusivos de las altas jerarquías. En la actualidad las grandes industrias se han dado cuenta de la importancia de contar en sus mandos medios con jóvenes no sólo con las habilidades suficientes, sino jóvenes reflexivos, pensantes y con los conocimientos suficientes como para establecer una comunicación con los niveles superiores y contribuir a la solución de problemas, participando en la toma de decisiones.
Sabemos que el término capacitar (hacer a alguien apto para desarrollar una actividad) es utilizado comúnmente en el ámbito laboral para proporcionarle a los trabajadores los conocimientos básicos para desempeñar con eficacia sus funciones, aunque resultaría mas apropiado referirse en términos de “eficiencia”. Por lo que podemos decir que la capacitación es considerada en la actualidad como una forma de educación.
Si utilizamos la definición de capacitar en competencias estamos haciendo aptos a los alumnos para que desarrollen una operación matemática o un texto literario o bien, desarrollen de forma capaz una práctica de taller o laboratorio. Y no veo el porque separar los términos de capacitación y educación. Se entiende que “hacer a alguien capaz de” es brindarle aquellos elementos (conocimientos, habilidades y actitudes) que se requieren para que enfrente una situación problemática real de manera adecuada.
Considerando que los individuos aprenden cuando asimilan la información con la realidad (aprendizaje significativo) y no por la acumulación de nuevos contenidos, exige a los docentes del nivel medio superior no solo conocer los contenidos del programa, establecer sus estrategias didácticas, dividir los temas por equipos de trabajo y evaluar con un examen lo visto en clase, sino que deben prepararse para comprender primeramente los niveles de complejidad cognitiva y poder desarrollar las competencias docentes que marca la RIEMS.
Sobre el aprendizaje significativo se entiende que una persona aprende solo aquellas cosas que percibe como vinculadas con la supervivencia o desarrollo de la estructura de sí mismo, es decir que despiertan su interés, independientemente del tipo de conocimiento al que se refiera. No hay desde esta perspectiva, aprendizaje no significativo.
Para Piaget el “aprehendizaje” con “h” intermedia implica “la aprehensión de la realidad, es siempre una construcción asimilativa efectuada por el sujeto tanto como una acomodación del sujeto”, es decir el sujeto se “apropia” activamente del objeto partiendo de su estructura cognitiva: una relación dialéctica entre el yo y el objeto, acomodando sus esquemas a la realidad en que se ubica.
En este sentido, la reflexión final es acerca del papel del docente durante el proceso que requiere el aprendizaje donde se le considera como un “mediador” entre el alumno y el conocimiento, “intenta” mediar la relación que se establece tratando de provocar las condiciones que se requieren para lograr un aprendizaje situado, mismo que implica favorecer el descubrimiento por parte del estudiante, de su verdadero interés por aprender algo, pues sin este reconocimiento, tanto el estudiante como el maestro se pueden estar equivocando, para lograr las condiciones adecuadas, se requiere ubicarse en el contexto social y los aspectos éticos que se requieren en el ejercicio de una competencia profesional donde el sujeto sea capaz de realizar el “qué hacer”, el “cómo hacerlo” , pero también reflexionando el “con quién” y el “para qué hacer” las cosas; es decir integrar a un ser con habilidades y destrezas, pero sobre todo con conciencia crítica de su realidad y realizando esfuerzos para incidir en ella de manera positiva.
¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
No. Hablar de aprendizaje no es referirnos a una actividad trivial, implica un proceso sumamente complejo de la actividad mental del hombre; el proyecto de educación por competencias requiere profundizar en las acepciones y teorías sobre el mismo. Se subraya la necesidad de trabajar la perspectiva del aprendizaje significativo (que adquiera un significado para el alumno). Lograr lo anterior solo es posible cuando las propuestas de acción tienen como base el conocimiento de la zona de desarrollo próximo del alumno, es decir, conocer sus posibilidades. El “aprehendizaje” rebasa los límites de los contenidos o conocimientos ya que se ubica en la comprensión de los mismos y en la necesidad de ponerlos en práctica por medio de habilidades o procedimientos que lleven a la resolución de problemas en los que se “sitúa” el contexto social a través de una conciencia ética y crítica.
Resulta importante que las personas encargadas de diseñar los nuevos planes de estudio no lo hagan únicamente desde sus escritorio y se concentren en la realidad social del país y su entorno internacional y que definan bien los objetivos que persigue, tanto una competencia cognitiva a trabajar en las escuelas, como el sentar bien las bases de una competencia operativa, la cual va a desarrollarse en las empresas dentro de un ambiente laboral real.
El no sustentar y hacer que al alumno (y al maestro) les queden claros estos términos, solo convertirá a las instituciones educativas en fábricas de jóvenes con las habilidades operativas suficientes que requieren las empresas en el mercado de trabajo.
Lo que menciona Eduardo Arias es muy cierto, hay que dejar de lado la competitividad con el subrayado laboral e individualista para desarrollar competencias que enfatizan el aprendizaje personal y en colaboración.
Sabemos que en el sector productivo las empresas prefieren emplear mano de obra barata con personas que no analicen o reflexionen lo que están haciendo, dejando la actividad de pensamiento y la toma de decisiones en proyectos educativos, políticos, económicos y sociales como exclusivos de las altas jerarquías. En la actualidad las grandes industrias se han dado cuenta de la importancia de contar en sus mandos medios con jóvenes no sólo con las habilidades suficientes, sino jóvenes reflexivos, pensantes y con los conocimientos suficientes como para establecer una comunicación con los niveles superiores y contribuir a la solución de problemas, participando en la toma de decisiones.
Sabemos que el término capacitar (hacer a alguien apto para desarrollar una actividad) es utilizado comúnmente en el ámbito laboral para proporcionarle a los trabajadores los conocimientos básicos para desempeñar con eficacia sus funciones, aunque resultaría mas apropiado referirse en términos de “eficiencia”. Por lo que podemos decir que la capacitación es considerada en la actualidad como una forma de educación.
Si utilizamos la definición de capacitar en competencias estamos haciendo aptos a los alumnos para que desarrollen una operación matemática o un texto literario o bien, desarrollen de forma capaz una práctica de taller o laboratorio. Y no veo el porque separar los términos de capacitación y educación. Se entiende que “hacer a alguien capaz de” es brindarle aquellos elementos (conocimientos, habilidades y actitudes) que se requieren para que enfrente una situación problemática real de manera adecuada.
Considerando que los individuos aprenden cuando asimilan la información con la realidad (aprendizaje significativo) y no por la acumulación de nuevos contenidos, exige a los docentes del nivel medio superior no solo conocer los contenidos del programa, establecer sus estrategias didácticas, dividir los temas por equipos de trabajo y evaluar con un examen lo visto en clase, sino que deben prepararse para comprender primeramente los niveles de complejidad cognitiva y poder desarrollar las competencias docentes que marca la RIEMS.
Sobre el aprendizaje significativo se entiende que una persona aprende solo aquellas cosas que percibe como vinculadas con la supervivencia o desarrollo de la estructura de sí mismo, es decir que despiertan su interés, independientemente del tipo de conocimiento al que se refiera. No hay desde esta perspectiva, aprendizaje no significativo.
Para Piaget el “aprehendizaje” con “h” intermedia implica “la aprehensión de la realidad, es siempre una construcción asimilativa efectuada por el sujeto tanto como una acomodación del sujeto”, es decir el sujeto se “apropia” activamente del objeto partiendo de su estructura cognitiva: una relación dialéctica entre el yo y el objeto, acomodando sus esquemas a la realidad en que se ubica.
En este sentido, la reflexión final es acerca del papel del docente durante el proceso que requiere el aprendizaje donde se le considera como un “mediador” entre el alumno y el conocimiento, “intenta” mediar la relación que se establece tratando de provocar las condiciones que se requieren para lograr un aprendizaje situado, mismo que implica favorecer el descubrimiento por parte del estudiante, de su verdadero interés por aprender algo, pues sin este reconocimiento, tanto el estudiante como el maestro se pueden estar equivocando, para lograr las condiciones adecuadas, se requiere ubicarse en el contexto social y los aspectos éticos que se requieren en el ejercicio de una competencia profesional donde el sujeto sea capaz de realizar el “qué hacer”, el “cómo hacerlo” , pero también reflexionando el “con quién” y el “para qué hacer” las cosas; es decir integrar a un ser con habilidades y destrezas, pero sobre todo con conciencia crítica de su realidad y realizando esfuerzos para incidir en ella de manera positiva.
¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
No. Hablar de aprendizaje no es referirnos a una actividad trivial, implica un proceso sumamente complejo de la actividad mental del hombre; el proyecto de educación por competencias requiere profundizar en las acepciones y teorías sobre el mismo. Se subraya la necesidad de trabajar la perspectiva del aprendizaje significativo (que adquiera un significado para el alumno). Lograr lo anterior solo es posible cuando las propuestas de acción tienen como base el conocimiento de la zona de desarrollo próximo del alumno, es decir, conocer sus posibilidades. El “aprehendizaje” rebasa los límites de los contenidos o conocimientos ya que se ubica en la comprensión de los mismos y en la necesidad de ponerlos en práctica por medio de habilidades o procedimientos que lleven a la resolución de problemas en los que se “sitúa” el contexto social a través de una conciencia ética y crítica.